20/4/09

Argentina también danza en el Espacio


Recorte de Archivo:
Revista "TODO, para interpretar la realidad argentina y mundial". Año I. 4 de marzo de 1965. Nro. 22. Cangallo 2370, 5to piso, Bs. As. Editorial Generación S.R.L. Dir: Bernardo Neustadt. Páginas 53 y 54. Sección Naticias - Presencias.
Dr. Aldo Armando Cocca: poesía y derecho espacial, en una vida densa y múltiple
El sábado 20 de febrero, Argentina adhirió al acuerdo internacional sobre la creación del sistema mundial de comunicaciones por satélites.
Ese era el día fijado 6 meses antes por la COMSAT (Corporación Norteamericana de Comunicaciones por satélites) como vencimiento del primer plazo para recibir las adhesiones de cada país.

El tratado estaba abierto a todos los países signatarios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), entidad que reglamenta el tráfico mundial de noticias.
Detrás de la noticia fría se escondía la gran trascendencia del hecho; las comunicaciones interespaciales por satélites abaratan sensiblemente el costo del servicio radiotelegráfico y confirman el increíble progreso de la técnica.

El complejo global que se monta para hacer realidad el servicio sustituye, de hecho, al cable submarino y a las ondas espaciales como método masivo de comunicación.
El acuerdo ofrece una opción a los firmantes: cada país puede participar de la explotación comercial de la COMSAT o, simplemente, adherir al servicio abonando por su precio de acuerdo con el uso que se haga de él.

Hasta el momento se han lanzado tres satélites sincrónicos (los llamados SYNCOM), el último de los cuales penetró en el espacio la noche del 19 de agosto de 1964.
Dicho satélite alcanzó una órbita estacionaria perfecta con una altura de 22.300 millas (casi 40 mil kilómetros).

En marzo próximo, los EE. UU. lanzará el primer satélite que, aparte de experimental, será operacional, es decir que se hará uso comercial de él. Se trata del Early Bird (su traducción puede ser Pájaro Prematuro) y con él se pondrá en marcha la red mundial.
Toda esta perspectiva proyecta, sobre la ciencia y la técnica modernas, un campo de renovación y progreso inquietante.

Estos hechos llevaron a "TODO" hasta la (...residencia...) del doctor Aldo Armando Cocca, presidente de la Asociación Argentina de Ciencias Espaciales y de reconocida autoridad mundial en la materia.
Cocca, abogado y diplomático de 40 años, autor de prolífica obra literaia, explicó con claridad, en qué consisten las comunicaciones por satélites y cuáles son las características del servicio al que el país se ha adherido.

"Es un sistema -explica Cocca- en el cual las señales que emite una estación transmisora son recibidas por objetos situados en órbita alrededor de la Tierra, que a su vez al ser retransmitidas a la distancia, están destinadas a la recepción del público en general".
"En realidad -agrega- el Telstar posibilita en forma experimental la TV transoceánica entre USA y Europa".

Para Aldo Armando Cocca las ventajas del nuevo método son contundentes: "Posibilita la comunicación estantánea con cualquier continente a través de distancias enormes y con una facilidad asombrosa".
Los problemas creados por la posible aparición de los llamados "satélites espías" refieren a otra situación, ubicable ya en el campo de lo estratégico militar. Sin embargo Cocca afirma que el peligro no es tal ya que los países que han lanzado satélites al espacio han avisado y dado abundante publicidad a las fotografías tomadas durante la navegación. Tal es el caso de la NASA de los EE. UU. que distribuyó en la Argentina la foto de nuestro territorio tomada por el Tiros.
Cocca indica, con claridad, que la aparición de dichos satélites crearía múltiples recelos internacionales y fomentaría una psicosis colectiva.

Antes de pasar a las disquisiciones sobre soberanía, que se deducen claramente de las afirmaciones sobre soberanía, que se dé características y las ventajas de la comunicación por satélites.
"Una demostración concluyente de la ventaja de este sistema está dado por las cifras que han proporcionado las Naciones Unidas. En 1927 (cable submarino) al instalarse el primer cable debajo del océano se hicieron 12 mil llamadas a un costo de 75 dólares, los tres minutos. En 1963, 5 millones de llamadas costaban a razón de doce dólares el minuto. Esto demuestra el constante abaratamiento de los servicios de comunicaciones, cosa que se acentuaría con el proyecto de satelización de las redes telefónicas internacionales".
Más adelante, Cocca sostuvo que las comunicaciones espaciales aumentan con un ritmo del 20% anual.

En lo referente al problema de la soberanía hallamos en Cocca un expositor lúcido y experto en la materia de Derecho Espacial.
"El concepto de soberanía aérea frente a un número considerable de satélites que giran en torno de la Tierra en forma regular y permanente, ha llegado a su máximo deterioro. Una mayoría próxima a la unanimidad arriba a la conclusión de que el espacio no puede ser objeto de apropiación por el Estado alguno de la Tierra y que en él no se puede ejercer la soberanía".
Los conceptos giran alrededor de afirmaciones teóricas y lanzamientos de cohetes.

Una nueva era irrumpe en el campo de la comunicación internacional y queda claro que la Argentina no permanece ajena a los nuevos tiempos.

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