20/4/09

UN JURISTA FRENTE AL ESPACIO CELESTE

Recorte De Archivo: Revista “ESTO ES”, Nro. 136. Semana del 27 de agosto al 3 de septiembre de 1956. Bs. As. Páginas: 24 y 25. Escrito por: E. C. Gómez Ortega. Revista semanal. Dir: Ángel L. Sojo. Paraná 759, 3er piso, Bs. As.

¿Hasta qué punto rige el derecho, así abstractamente considerado, o bien empíricamente, en las regiones de la estratósfera y respecto a esa ciencia, en embrión todavía, que es la astronáutica?

He aquí uno de los grandes interrogantes que los filósofos del derecho se han formulado con el advenimiento de las modernas aeronaves, capaces de superar la barrera del sonido y llegar a grandes distancias separadas de la Tierra.

Es difícil llegar a una cabal solución en los problemas que en sí acarrea la conquista del espacio aéreo.
Pues deben tenerse en cuenta tal diversidad de factores que es prácticamente como si se crease una nueva ciencia jurídica que el hombre, en su afán de verse nuevamente como antaño, rey y señor del universo, desea establecer cuando las astronaves y satélites artificiales surquen el espacio en busca del infinito.

Este problema y esencialmente los que se plantean en el campo del derecho son los que han de tratarse en el Séptimo Congreso Internacional de Astronáutica. Al mismo concurrirá como tercer y último participante uno de los juristas más versados de esa materia y conocido mundialmente como un perito en cuestiones interplanetarias. Es el doctor Aldo Armando Cocca, joven abogado argentino.

UNA TESIS REVOLUCIONARIA

Los juristas y hombres de ciencia que habían de concurrir al VII Congreso de Astronáutica debían presentar previamente una tesis a modo de concurso y de acuerdo con ella ser aceptados en el Congreso o no, según votación de un jurado que decidiría el valor e importancia de las mismas.

La tesis del Dr. Cocca fue realmente revolucionaria. El “Método para una investigación de los problemas jurídicos que plantea la conquista del espacio interplanetario”. Provocó verdadera sensación entre los círculos allegados a la materia. Fue citado personalmente por carta al Congreso y su tesis fue impresa en cuatro idiomas: alemán, francés, inglés e italiano. Para nuestro país indudablemente es un galardón tener un hombre de ciencia tan joven, por añadidura cordobés, que representa casi exclusivamente en un Congreso de tal importancia, no sólo a la Argentina, sino también a las naciones de toda Sudamérica.

Los resultados de las experiencias para la conquista del espacio interplanetario surgieron al jurista en la necesidad de un método para el estudio del derecho que debe acompañar a esa maravillosa realización del hombre.

UN ANUNCIO SORPRESIVO

Inesperado aunque no del todo sorpresivo resultó el comunicado dado por el Gobierno de los Estados Unidos de lanzar, durante el año geofísico internacional, satélites artificiales.

Este fue en realidad el motivo por el cual ha tenido lugar el VII Congreso de Astronáutica, pues si bien aún no se podían predecir los resultados de tan magna empresa, de hecho quedaba establecido que la civilización entraba en un nuevo período en sus etapas hacia el progreso y el bienestar de la humanidad: la era interplanetaria.

Un detalle relevante de la importancia asignada por los Estados Unidos al citado satélite artificial es que su presupuesto para la construcción de astronaves de este tipo supera en muchos millones de dólares anuales al que anualmente es concedido a la Marina de Guerra.

La conquista del espacio parece ser un objeto primordial para este país y para todos los que en este momento se hallan en condiciones de afrontar tales empresas, sea por razones estratégico-militares o bien científicas.

Con respecto a los juristas versados en la materia, y al doctor Cocca en particular, la situación planteada por los Estados Unidos les creaba un problema angustioso. ¿De qué modo debía regularse la conducta humana cuando el hombre –o la creación del hombre- abandone la Tierra? ¿Tendrán que aplicarse las mismas normas legales ideadas para nuestro planeta?

Aparentemente, Sí…Pero siempre que en los espacios interplanetarios se presentaran las mismas condiciones o situaciones de vida que en la Tierra.
El problema de los juristas estribaba, entonces, en la posibilidad de que análogas circunstancias referentes al Derecho en el campo de la astronáutica no fueran las mismas, sino otras, con toda una secuela de interrogantes que darían motivo, de hecho, al nacimiento de una nueva ciencia: el Derecho Interplanetario.

Aquí es donde el Dr. Aldo Armando Cocca da una de las más originales tesis que haya existido jamás en las ciencias jurídicas: la aplicación de la teoría de la relatividad de Einstein para resolver el problema de la vigencia del derecho en el espacio.

En su tesis, por la cual ha sido admitido preferentemente como un miembro de suma importancia en el VII Congreso Internacional de Astronáutica, revela cómo el tiempo es un factor determinante del derecho y que variando el tiempo el derecho mismo puede ser también mutable de acuerdo con las circunstancias que más convengan al hombre. De allí que la posición del dorctor Cocca muy bien pudiera ser la de un “relativista del derecho” en relación al espacio interplanetario.

IMPORTANCIA DE LA MISIÓN ARGENTINA

Según ha determinado el Dr. Cocca, Norteamérica le ha asignado una enorme importancia a este Congreso Astronáutico. Un indicio de esto lo señala el hecho que la construcción del satélite artificial no dependa de la Academia de Ciencias, sino directamente del Departamento de Defensas de los Estados Unidos.

Confidencialmente, esto puede dar la pauta del profundo interés que Estados Unidos tiene en aclarar todas estas cuestiones. Bastaría con dejar un precedente con respecto al satélite artificial. Este puede ser el único que registraría el paso de una astronave por la estratosfera o proveniente de otros planetas…

¿Es que caemos ahora en las fantásticas concepciones creadas por la imaginación de Wells, Verne y hechas realidad por Einsten a principios de siglo? Todo hace prever que si…

Como delegado del Comité Jurídico de la Organización de Aviación Civil Internacional (con sede en Montreal, Canadá, con mandato hasta 1957) y miembro del Comité de Cláusulas Protocolares de la Conferencia Internacional de Derecho Privado Aéreo de La Haya y representante de idioma español en dicho Comité, puede asegurarse que la representación argentina, encabezada por el Dr. Cocca, estará representada dignamente en el Congreso de Astronáutica que tendrá lugar en Roma; pues a pesar que Norteamérica envía a más de un gran científico en la materia, a dos subsecretarios de Estado y ocho brigadieres de Aviación, de tener éxito la revolucionaria teoría del Dr. Cocca puede augurarse que la República Argentina tendrá un brillante porvenir en el campo jurídico astronáutico.

Pero el sólo hecho de defender nuestra soberanía aérea (el satélite tendría una órbita que abarcaría desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego) basta ya para dejar sentadas las bases de la posición argentina en el VII Congreso Internacional de Astronáutica.

Por E. C. GOMEZ ORTEGA



Argentina también danza en el Espacio


Recorte de Archivo:
Revista "TODO, para interpretar la realidad argentina y mundial". Año I. 4 de marzo de 1965. Nro. 22. Cangallo 2370, 5to piso, Bs. As. Editorial Generación S.R.L. Dir: Bernardo Neustadt. Páginas 53 y 54. Sección Naticias - Presencias.
Dr. Aldo Armando Cocca: poesía y derecho espacial, en una vida densa y múltiple
El sábado 20 de febrero, Argentina adhirió al acuerdo internacional sobre la creación del sistema mundial de comunicaciones por satélites.
Ese era el día fijado 6 meses antes por la COMSAT (Corporación Norteamericana de Comunicaciones por satélites) como vencimiento del primer plazo para recibir las adhesiones de cada país.

El tratado estaba abierto a todos los países signatarios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), entidad que reglamenta el tráfico mundial de noticias.
Detrás de la noticia fría se escondía la gran trascendencia del hecho; las comunicaciones interespaciales por satélites abaratan sensiblemente el costo del servicio radiotelegráfico y confirman el increíble progreso de la técnica.

El complejo global que se monta para hacer realidad el servicio sustituye, de hecho, al cable submarino y a las ondas espaciales como método masivo de comunicación.
El acuerdo ofrece una opción a los firmantes: cada país puede participar de la explotación comercial de la COMSAT o, simplemente, adherir al servicio abonando por su precio de acuerdo con el uso que se haga de él.

Hasta el momento se han lanzado tres satélites sincrónicos (los llamados SYNCOM), el último de los cuales penetró en el espacio la noche del 19 de agosto de 1964.
Dicho satélite alcanzó una órbita estacionaria perfecta con una altura de 22.300 millas (casi 40 mil kilómetros).

En marzo próximo, los EE. UU. lanzará el primer satélite que, aparte de experimental, será operacional, es decir que se hará uso comercial de él. Se trata del Early Bird (su traducción puede ser Pájaro Prematuro) y con él se pondrá en marcha la red mundial.
Toda esta perspectiva proyecta, sobre la ciencia y la técnica modernas, un campo de renovación y progreso inquietante.

Estos hechos llevaron a "TODO" hasta la (...residencia...) del doctor Aldo Armando Cocca, presidente de la Asociación Argentina de Ciencias Espaciales y de reconocida autoridad mundial en la materia.
Cocca, abogado y diplomático de 40 años, autor de prolífica obra literaia, explicó con claridad, en qué consisten las comunicaciones por satélites y cuáles son las características del servicio al que el país se ha adherido.

"Es un sistema -explica Cocca- en el cual las señales que emite una estación transmisora son recibidas por objetos situados en órbita alrededor de la Tierra, que a su vez al ser retransmitidas a la distancia, están destinadas a la recepción del público en general".
"En realidad -agrega- el Telstar posibilita en forma experimental la TV transoceánica entre USA y Europa".

Para Aldo Armando Cocca las ventajas del nuevo método son contundentes: "Posibilita la comunicación estantánea con cualquier continente a través de distancias enormes y con una facilidad asombrosa".
Los problemas creados por la posible aparición de los llamados "satélites espías" refieren a otra situación, ubicable ya en el campo de lo estratégico militar. Sin embargo Cocca afirma que el peligro no es tal ya que los países que han lanzado satélites al espacio han avisado y dado abundante publicidad a las fotografías tomadas durante la navegación. Tal es el caso de la NASA de los EE. UU. que distribuyó en la Argentina la foto de nuestro territorio tomada por el Tiros.
Cocca indica, con claridad, que la aparición de dichos satélites crearía múltiples recelos internacionales y fomentaría una psicosis colectiva.

Antes de pasar a las disquisiciones sobre soberanía, que se deducen claramente de las afirmaciones sobre soberanía, que se dé características y las ventajas de la comunicación por satélites.
"Una demostración concluyente de la ventaja de este sistema está dado por las cifras que han proporcionado las Naciones Unidas. En 1927 (cable submarino) al instalarse el primer cable debajo del océano se hicieron 12 mil llamadas a un costo de 75 dólares, los tres minutos. En 1963, 5 millones de llamadas costaban a razón de doce dólares el minuto. Esto demuestra el constante abaratamiento de los servicios de comunicaciones, cosa que se acentuaría con el proyecto de satelización de las redes telefónicas internacionales".
Más adelante, Cocca sostuvo que las comunicaciones espaciales aumentan con un ritmo del 20% anual.

En lo referente al problema de la soberanía hallamos en Cocca un expositor lúcido y experto en la materia de Derecho Espacial.
"El concepto de soberanía aérea frente a un número considerable de satélites que giran en torno de la Tierra en forma regular y permanente, ha llegado a su máximo deterioro. Una mayoría próxima a la unanimidad arriba a la conclusión de que el espacio no puede ser objeto de apropiación por el Estado alguno de la Tierra y que en él no se puede ejercer la soberanía".
Los conceptos giran alrededor de afirmaciones teóricas y lanzamientos de cohetes.

Una nueva era irrumpe en el campo de la comunicación internacional y queda claro que la Argentina no permanece ajena a los nuevos tiempos.

UN HOMBRE DEL ESPACIO EN LA TIERRA

4 de Septiembre de 2008, Bs. As

ENTREVISTA A MI PADRE, ALDO ARMANDO COCCA

A sus ochenta y cuatro años, en el jardín de su casa y acompañado por sus hijos mayores, hace un recorrido por sus tantos logros profesionales. Comparte detalles de su vida privada poco conocidos con una gran claridad. Una charla informal que abarca desde su niñez cordobesa, su pasión por la Edad Media, su cargo como Secretario de Cultura y Acción Social de la Municipalidad de la ciudad Buenos Aires, sus aportes a la humanidad como jurista y fundador del derecho espacial.

- Confieso que no voy a poder ser contigo una periodista objetiva por lo tanto le voy a dar importancia al contenido que salga de esta entrevista más que a su formato.
Comencemos por tus raíces, hablame sobre tus padres y hermanos.

(Sonríe) Nací en Córdoba capital, en el barrio Las Flores. Mi padre se llamaba Ernesto Cocca, era químico y tenía una farmacia y mi madre Teresa Airasaca y se ocupaba de la familia; ambos provenientes de familias italianas. Éramos cuatro hermanos: mi hermano mayor era Ernesto, luego estaba Teresa quien fue directora de escuelas. Más tarde nació Clelia que sólo vivió cinco años y no la llegué a conocer. El cuarto hijo era mi hermano Oscar, fue abogado y obtuvo el
cargo de camarista en la Cámara de Apelaciones del Trabajo, lo admiraba profundamente y fuimos muy unidos. Yo soy el más pequeño de la familia.


- ¿Cuáles son los recuerdos de tu infancia?
-En ese momento el barrio Las Flores era una zona de quintas. En medio de nuestra quinta había un estanque y a él daba un peral, las frutas indefectiblemente caían al agua, entonces iba con mis hermanos en un bote a buscarlas. También salíamos a andar a caballo, jugábamos a la mancha con mi perro y tenía tortugas a las que le hacía túneles y cuevas en la tierra. Toda mi etapa escolar fue en el colegio Monserrat.

Fue una infancia muy linda. Pero a mis diecisiete años, murió mi padre y tuvimos que vender la casa. Me mudé a Buenos Aires para estudiar derecho y con el paso del tiempo pude juntar el dinero, gracias a lo que ganaba en el Servicio Exterior, y recuperé la casa en donde nací, porque en ese entonces la gente nacía en su propia casa.


Aldo Armando Cocca (sentado) y su hermano Oscar



-¿Cuál era tu pasatiempo de niño?
- Leer mucho, por ejemplo “El rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda”, “Las Cruzadas”...ese tipo de historias.

- Ah! De ahí viene tu interés por la Edad Media.
-Sí, es un tiempo de heroísmo, honor y búsqueda de justicia.

- ¿Cómo adquiriste las armaduras, armas, libros, mapas, cuadros antiguos, entre otras cosas?
- Tengo arcabuces pertenecientes a la colección del archiduque Fernando D´Este, un escudo en la época en que Viena fue ocupada por los turcos. Poseo libros del siglo XII y XIV y armaduras del siglo XVII. Los conseguí a precios muy baratos ya que las familias nobles, en ese momento, necesitaban dinero y los vendían a precios increíblemente bajos.

- ¿Por qué elegiste abogacía y no otra carrera?
- Como sabrás tu abuelo tenía un laboratorio y un día, cuando era un niñito, se lo pedí prestado porque quería inventar la “fórmula del hombre invisible” y de algún modo seguir sus pasos. Me dio unos tubos de ensayos y unas ratitas de laboratorio. Mi investigación fue un fracaso y caí en la cuenta que no servía para ese campo. Con los años descubrí que me atraen las áreas humanísticas y empecé derecho.

¿Cómo fundaste el derecho espacial?
- (Con entusiasmo responde) Era una rama del derecho que no había sido estudiada. Empecé cuando era estudiante, en la UBA, al presentar la primera tesis de derecho espacial en el mundo.

-¿Cómo nace la doctrina que sostiene que los objetos celestes son patrimonio común de la humanidad?
-En esa época se iniciaba el estudio sobre el espacio. En 1954 la presenté en un trabajo sobre la naturaleza jurídica de los cuerpos celestes como res communis humanitatis (Patrimonio Común de la Humanidad) en el V Congreso Internacional de Astronáutica en la Universidad de Innsbruck, Austria y el trabajo lo publicaron en varios idiomas.

- Después defendiste esta doctrina ante Naciones Unidas, ¿no?
-Sí, unos años después fui delegado permanente ante la subcomisión jurídica del espacio Ultraterrestre en la ONU y presenté el proyecto de “Convenio Internacional sobre los recursos naturales de la luna y los otros cuerpos celestes”.


Dr. Cocca representando a la Argentina ante la ONU


-Un proyecto muy revolucionario que habrá tenido gran repercusión.
-El proyecto estuvo muy atacado por Estado Unidos y la Ex Unión Soviética que clasificaban como “prematuro” definir con el término “patrimonio común de la humanidad”.

- ¿Cómo se resolvió el conflicto?
-Pasaron varios años para que fuera aceptada mundialmente, hasta que en julio de 1979 fue incluida en la legislación del espacio en las Naciones Unidas.
Debo destacar que, a pesar de que nuestro país tuvo muchos cambios sociales, políticos y económicos en esa época, nunca perdimos el respeto y liderazgo sobre este campo.

-En la presidencia de Frondizi, en 1958, fuiste Secretario de Cultura y Acción Social de la Municipalidad y no me sorprende que uno de tus proyectos haya sido el Planetario.
- Claro, lo que ocurre es que en mis viajes había conocido planetarios en Europa pero no existía en Latinoamérica, solamente habían observatorios. El proyecto fue inmediatamente aceptado pero llevó un tiempo poder concretarlo, tanto es así que cuando el planetario abrió sus puertas al público yo ya había dejado la función de secretario de cultura.



Cocca asumiendo como Secretario de Cultura, 8 de Julio de 1958

- Es raro que te lo pregunte yo, pero ¿cómo está conformada tu familia?
- (Se ríe por un rato) Me casé con María de las Mercedes Esquivel, abogada, discípula y profesora de Derecho Aeronáutico y Espacial. Cuando nos conocimos, en 1974, era alumna mía en el Instituto Nacional de Derecho Aeronáutico y Espacial (INDAE). Tenemos cuatro hijos: vos que sos la mayor (María de las Victorias, 28), Miguel (21), Manuel (19) y Mariano (14).



- Hay tantos temas para hablar que podríamos hacer miles de entrevistas, notas y libros... Gracias por la entrevista, fue muy linda la experiencia.
- De nada. Nos podemos seguir reuniendo para hablar de más temas.



Por María de las Victorias Cocca y Esquivel
mvcyen@yahoo.com.ar

LOS 40 AÑOS DEL PLANETARIO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Lunes 7 de abril de 2008, Buenos Aires

Entrevista al Dr. Cocca

El Planetario Galileo Galilei cumplió, el sábado 5 de abril, 40 años desde que abrió sus puertas al público. Uno de sus ideólogos, el Dr. Aldo Armando Cocca -quien se desempeñaba como Secretario de Cultura y Acción Social de la Municipalidad- cuenta cómo nace. Una figura que no sólo se destaca por ese cargo sino que también es embajador, abogado, fundador del derecho espacial a nivel mundial, escritor, profesor, entre otras tantas actividades. A sus ochenta y cuatro años, con gran amabilidad y claridad recuerda los orígenes de un proyecto innovador que fue celebrado el día viernes, en las afueras del establecimiento junto al Coro Kenedy y culminó con el V Encuentro del Grupo de Planetarios del MERCOSUR.

Construcción del Planetario 9/12/1966

- A usted lo designaron como Secretario de Cultura y Acción Social de un modo muy particular.
Es cierto, el Presidente Arturo Frondizi, llegó a mi casa por la noche. En ese momento yo vivía de tras de la residencia de la embajada de los Estados Unidos, en Palermo.
Al informarme de su deseo, no podía más que sentir halago por la posibilidad que se me brindaba. Emprendí una tarea de incuestionable responsabilidad. Desde que asumí, el 8 de julio de 1958, la misión fue contribuir a que Buenos Aires conserve y mejore su lugar entre los centros culturales más avanzados del mundo. Un principio que compartía con el Intendente Hernán M. Giralt, un activo defensor de la cultura.

-Sé que le atrae el cielo y esto explica que como jurista haya fundado el derecho espacial, no me sorprende entonces, que en su función de secretario de cultura quisiera también tener las estrellas cerca.
(Sonríe). Es cierto, cuando era estudiante de abogacía en la UBA, presenté la primera tesis sobre derecho espacial en el mundo y a partir de ese momento no cesé de profundizar en la materia. La diplomacia me ha permitido viajar por todo el mundo, conocer otras culturas y de este modo visitar planetarios de otros países. Noté que en Latinoamérica únicamente existían observatorios por ello en el año ´58 comencé a plantear la idea de hacer un planetario en la ciudad.
Es importante que haya una constante divulgación científica, en este caso de la astronomía y astronáutica.

- Posee una estructura edilicia muy particular el Planetario Galileo Galilei, ¿verdad?
Sí, bueno… en aquella época lo llamábamos Planetario Municipal, está ubicado en la Av. Sarmiento y Belisario Roldán, en los bosques de Palermo. Su moderna construcción lo ha convertido en uno de los símbolos de nuestra ciudad y lugar de reunión para distintos acontecimientos.
En un principio se había pensado hacer un edificio cuadrado, pero finalmente se le dio la forma de un cuerpo celeste gracias al arquitecto Enrique Jan que tuvo a su cargo la obra.

- ¿Qué puede decir sobre las proyecciones?
Hay un enorme aparato proyector, de unos cuatro o cinco metros de alto proveniente de Alemania, en la sala principal. La gente se sienta en butacas inclinadas y se apagan las luces para que comience la función. Aparecen imágenes que representan al espacio en el techo de la sala mientras se escucha la música y un narrador. Estos espectáculos están adaptados a todas las edades, por ejemplo hay funciones destinadas a escolares.





Proyector de origen alemán
-Recuerda el acto de inauguración?
(Rápidamente responde como si no hubiese pasado el tiempo). En ese entonces había concluido mi cargo de Secretario de Cultura pero fui invitado debido a que el proyecto se pensó y presentó durante nuestro gobierno. Hay varias fechas importantes: se inauguró 19 de diciembre de 1966 con el primer coloquio; el intendente era Eugenio Schettini y se designó como director del planetario al Prof. Antonio Cornejo. El 22 de diciembre concluyó el primer coloquio. En este período vinieron científicos de diferentes áreas, representantes de otros países y autoridades de gobierno.
La inauguración del planetario contó con varias celebraciones: una Misa, un acto oficial, se recorrió el edificio, una proyección especialmente preparada para ese día y un banquete. Pero no estaba habilitado aún, recién el 5 de abril abre sus puertas al público en general.





Autoridades en el acto de inauguración del Planetario, 19/12/1966

-¿Qué desea para la cultura de nuestra urbe?
Las realizaciones culturales le permitirán al ciudadano ampliar sus horizontes espirituales y sentirse más humano, allí radica la importancia de la cultura.
Algunos han contrapuesto cultura y vida, y sostengo mi postura -desde hace años- que la “cultura es vital”, con los problemas, tensiones de cada época y generación. Buenos Aires siempre se ha destacado culturalmente y espero que se otorguen las herramientas necesarias para que continúe y mejore.

Por María de las Victorias Cocca y Esquivel
mvcyen@yahoo.com.ar
fundacionccc@gmail.com
vickycye@hotmail.com

19/4/09

VOLVER AL ESPACIO

Buenos Aires, 7 de noviembre de 2008
*Ing. Pablo Gabriel de León

Ayer, en el Círculo Aeronáutico de la ciudad de Bs. As, el Ing. Pablo de León presentó su libro “Historia de la Actividad Espacial en la Argentina”; donde hace un recorrido desde los comienzos de la actividad aeronáutico- espacial hasta 1980. Actualmente dirige el Laboratorio de Trajes Espaciales, es investigador y docente en la Universidad de North Dakota en EE.UU. En dicho acto se lo distinguió como de Miembro Honorario de la Orden Académica Newberiana y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, declaró de interés parlamentario su labor por el aporte a la ciencia y tecnología a nivel mundial.

Un grupo de personas se reúnen en un amplio salón para homenajear al Ing Pablo Gabriel de León. Un hombre de 44 años, oriundo de Cañuelas, quien fue el primer argentino y el segundo latinoamericano que -en 1997- voló en gravedad cero, en un avión especial de la NASA. Diseñó trajes espaciales para misiones a Marte y fue el Director del Proyecto Paquete Argentino de Experimentos -siete ensayos argentinos que volaron al espacio a bordo de un trasbordador de la NASA- con resultados importantes.

En nuestro país, el Ing. De León, es fundador y presidente de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial y Presidente de la Comisión de Asuntos Espaciales en el Consejo Profesional de Ingeniería Aeronáutica y Espacial. Estuvo a cargo de las tratativas de lanzamiento del satélite educativo argentino Pehuensat-1, realizado por la Universidad de Comahue, puesto en órbita desde la India en enero de 2007. Y organiza de forma bienal el Congreso Argentino de Tecnología Espacial.

El Dr. Oscar Fernández Brital, miembro Fundador del Instituto Newberiano, hizo el prólogo y presentó el libro: “Este libro habla del origen de la actividad espacial en la Argentina, escrito por un argentino que vive en el exterior (EE.UU.) pero no se olvida de sus orígenes ni de su tierra” y continuó, “Actividad que hoy es de primordial importancia en nuestra vida cotidiana por sus aplicaciones prácticas y de futuro”.

El libro, de lenguaje simple y claro, contiene 263 páginas. Se observan gráficos, fotografías, trabajos de gran valor en la materia como es el caso del Ing. Tabanera entre otras grandes figuras.
De León hace un especial agradecimiento a su esposa, Ana María, por su paciencia ya que durante diez años estuvo apoyando a este libro, empleando para ello vacaciones y fines de semana.

Explica: “En principio yo tenía la intención de ser un lector de un libro que alguien más hubiera escrito sobre la historia espacial en la Argentina. Después de buscar durante años, me di cuenta que no existía. Me llamó mucho la atención porque es una actividad que había sido tan importante en la Argentina, en donde habíamos sido pioneros; no solamente en Latinoamérica, también en el mundo. Cómo puede ser que no existiera un libro”.

Un recorrido por la historia espacial
El libro empieza con los comienzos de la cohetería. El caso más interesante fue la creación del Centro de estudios Astronómicos Volanzan (1932). Creado por Ezio Matarazzo (el hijo de fabricantes de pastas) quien estudiaba en ese momento en la UBA y con un grupo de amigos deciden hacer investigaciones astronómicas. Ese grupo terminó poco tiempo después de su fundación. Pero tuvieron un boletín y contactos con las primeras asociaciones astronáuticas del mundo como la de alemana. De este modo la Argentina se inicia en el estudio del espacio.

Un pionero en la investigación espacial fue el Ing. Teófilo Tabanera quien escribe un artículo en una revista de Mendoza, titulado “La Luna nos espera”, en 1930. Explicando la posibilidad de alcanzar nuestro satélite natural. En su momento fue bastante ridiculizado pero treinta y nueve años más tarde llega el primer hombre a la Luna. Una de sus obras más destacadas es “Astronáutica”, un conjunto de apuntes claros que explican los principios matemáticos del vuelo espacial.

En 1949, el Tabanera junto con otros estudiosos, forma la Sociedad Argentina Interplanetaria (SAI). Esta sociedad publica boletines y logra alcanzar mil socios.
Seis años más tarde se hace la Primera Exposición Sudamericana de Astronáutica, en la Casa de la Provincia de Mendoza que prestó sus instalaciones. Se expusieron grandes maquetas de satélites y tuvo reconocido éxito.
No se puede dejar de nombrar sus aportes -como miembro y luego vicepresidente- de la Federación Internacional de Astronáutica, organismo que continúa hoy con la publicación de libros, dictando cursos e integrado por diferentes profesionales con el objetivo de acercarse más al espacio.

En cuanto a los motores hay que mencionar la labor del ingeniero polaco Ryszard (Ricardo) Dyrgalla, que tras terminar la Segunda Guerra Mundial decidió residir en nuestro país y trabajar en el Instituto Aerotécnico de Córdoba. Trabajó con técnicas de propulsión líquida. Surge, de esta manera, un vehículo con alas llamado “Tábano” que se lanzaría desde un avión.

Se quiso llegar cada vez más lejos. Como dijo el Dr. Fernández Brital en la presentación de este libro, “la actividad aeronáutica y espacial marchan siempre conjuntas y paralelas, no en vano hay que pasar por el espacio aéreo para ir al espacio exterior”.

Nace el Derecho Espacial y se destaca como pionero el Dr. Aldo Armando Cocca cuyos aportes luego fueron plasmados en tratados internacionales sobre el espacio exterior que hoy rigen en todo el mundo.

“EL Dr. Cocca, explica De León, es el argentino más reconocido en esta disciplina. Sentó las bases del Derecho Espacial. Hoy, en congresos internacionales, él es recordado con conceptos como el “Espacio Patrimonio Común de la Humanidad”, incluyendo a la Luna y otros cuerpos celestes.
Con todo el respeto que le merezco a Galileo Galilei, creo que el Planetario debería llamarse Dr. Cocca ya que fue uno de sus ideólogos”.

En los ´60, Ing. Tabanera y el Brig. Gral. Ángel María Zuloaga convencen al presidente Frondizi a crear la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales como primer organismo sudamericano gubernamental.

Más tarde aparece el Instituto de Investigaciones Aeronáuticas y Espaciales (INADE), que se mantiene hasta nuestros días. Señala en su libro de León que se analizaban “a los problemas legales respecto a la altura de navegación aérea y espacial, la propiedad de objetos espaciales, el estatus de posibles tripulantes de una nave espacial, los daños por los objetos artificiales caídos a la tierra, entre otros que se convertirán en el problema seminal del derecho espacial”…”la Argentina se convertiría en un país clave en el establecimiento del derecho espacial, con el desarrollo de la doctrina, sin precedentes en el mundo, todo gracias a un solo hombre, Aldo Armando Cocca”.

Se fabricaron cohetes argentinos preparados para llegar a la alta atmósfera, como por ejemplo el Alfa Centauro que se lanzó, en 1961, desde una propiedad privada en las sierras de Córdoba y alcanzó unos 20 Km. de altura.“El encendido del cohete se hacía desde un puesto de lanzamiento a través de un panel de control eléctrico. La torre de lanzamiento era una rampa tubular que contenía el cohete en los primeros metros de trayectoria”, cuenta De León en su libro.

La Argentina nuevamente se destacó como pionera en lanzamientos en las Zonas Frías como la Antártida . También se hacían lanzamientos en Mar Chiquita, La Rioja y en diferentes puntos del país. Se realizaron convenios con la NASA, se lanzaban cohetes extranjeros en nuestro territorio y cohetes argentinos eran lanzados en Estados Unidos.

Las experiencias biológicas desde 1963 y cuatro años más tarde se hizo el lanzamiento del ratón Belisario y más tarde viajó el mono Juan (se los puede ver en sus cápsulas en el Museo Universitario de Tecnología Aeroespacial (MUTA), de Córdoba. Era el tercer país en el mundo que hacía este tipo de experiencias.

La presentación del libro culmina con la explicación de que se realizaron varias investigaciones más y la promesa de la publicación de un segundo tomo. Indica que hoy, países como Brasil, nos han pasado en lo referente a programas espaciales cuando hace treinta años éramos los argentinos quienes enseñábamos a los demás países.
El Ing. De León alienta a que los jóvenes tomen la antorcha y con la certeza de contar con la total colaboración y apoyo de los grandes maestros en esta materia interesados en prolongar el interés y estudio por lo espacial.

* Foto adquirida en Google, imágenes:
http://www.cielosur.org/imagenes/pablo-deleon.jpg



Por María de las Victorias Cocca y Esquivel
Periodista

Curriculum Viate Breve del Dr. Aldo Armando Cocca

Nació en Córdoba Capital, el 4 de septiembre de 1924. Embajador, Abogado, Profesor Universitario: dictó clases en los cuatro continentes. Investigador, escritor (ha publicado alrededor de 500 artículos y varios libros). Fue Secretario del Cultura de la Municipalidad de Bs. As (1958 a 1961). Fundador de la Casa de la Cultura de Córdoba.

Sus escritos sobre Derecho Espacial comenzaron en 1947, fecha en que fundó y presidió el Instituto Argentino de Derecho Aeronáutico y Radioeléctrico, que resultó primero en el mundo en investigar el derecho a las comunicaciones y del espacio. Autor de la primera tesis en derecho Espacial, en la Universidad de Buenos Aires, 1953. Presentó una síntesis de los principios del Derecho Espacial en el V Congreso Internacional de Astronáutica, Innsbruck, 1954, que se incorporaron a los tratados posteriores y un trabajo sobre la cuarta dimensión jurídica (el derecho de la humanidad). El nuevo método para el estudio del derecho espacial fue un trabajo presentado en el VII Congreso, Roma, 1956. En 1957, publicó su libro “Teoría del derecho Interplanetario”.

Es Dr. en Derecho y Cs. Sociales. Dr. Honoris Causa. Profesor Honoris Causa. Presidente Honorario de La Asociación Interamericana de Profesores de Derecho (Washington), por haber inaugurado la enseñanza de Derecho Espacial en las naciones de América. Ofreció el primer curso de Derecho Espacial en la Argentina, en diciembre de 1957, publicado por la Universidad Nacional del Litoral al año siguiente.
En 1963, en el VI Coloquio Internacional de Derecho del Espacio, en la UNESCO, fue anunciado por el presidente del coloquio, el Primer Nobel Renè Bassin. En 1965, en Atenas, el Premio Mundial en Derecho del Espacio. En 1987, en Washington, Premio Hemisferio Occidental en Derecho del Espacio en las Telecomunicaciones.

En 1965 ingresó a la Academia Internacional de Astronáutica y es Director del Inst. Internacional de Derecho del Espacio desde 1963. Es vicepresidente de la Federación Internacional de Astronáutica, y Presidente de su Comité de Relaciones Exteriores. Se incorporó a la Comisión del Espacio de las Naciones Unidas, primero como Ministro y luego como Embajador, donde se desempeñó 15 años. En 1965, inició su labor en la UNESCO. En ese mismo año también fue presidente del Grupo Espacial de Trabajo en Telecomunicaciones del Instituto Internacional de Derecho del Espacio, donde presentó anualmente un informe sobre los Problemas Legales de las Telecomunicaciones por satélites, hasta 1969. En 1965, entregó a INTELSAT (Washington) un memorandum con los enunciados a incorporar en el Acuerdo definitivo y luego recogidos en el texto final. Integró el grupo internacional de expertos de derecho a comunicarse (1973 a 1982). En 1983 publicó el primer libro sobre el tema “El Derecho a Comunicarse”.

Se desempeñó como experto en las Naciones Unidas, en la UNESCO, la UIT, y la Oficina Intergubernamental para la Informática. En las Naciones Unidas presentó las “XII Tablas sobre Radiodifusión Directa Mediante Satélite”, y un proyecto de acuerdo internacional, cuyos principios internacionales fueron recogidos en las Res. 37/92 de la Asamblea General. La Comisión Internacional del Estudio de los Problemas de las Comunicaciones de la UNESCO editó su trabajo: El Derecho del Hombre a Comunicarse. Fundamentos Jurídicos. La Unión Internacional de Telecomunicaciones, en ocasión de TELECOM 87- Simposio Jurídico, publicó “La Condición Humana en las Comunicaciones” (1987). Fue presidente (1969-71) de los Tribunales Internacionales del INTELSAT, Washington, primera corte espacial. Fue el creador del concepto jurídico “Patrimonio Común de la Humanidad”.